jueves, 30 de agosto de 2012

Bibliotecas digitales

Las bibliotecas, a lo largo de su desarrollo, han implementado nuevas estrategias para la maximización de sus recursos bajo la premisa de brindar un buen servicio a quienes recurren a ellas buscando información. Pero este desarrollo trae consigo una reformulación de las nociones en torno a lo que llamaremos "biblioteca digital". Surge así la necesidad de definir el término. 

Gladney (1994) afirma que una biblioteca digital es "un ensamble de cómputo digital, mecanismos de comunicación y programación necesarios para reproducir, emular y extender los servicios provistos por bibliotecas convencionales, como son la catalogación, búsqueda y diseminación de la información". 

Tomando en cuenta la idea anterior, ¿cabría la posibilidad de considerar a la Web como una gran biblioteca digital? Nos dice Lynch (1997): "A veces escuchamos decir que la Internet es la biblioteca mundial de la era digital. Esta afirmación no se sostiene más allá de una afirmación casual. La Internet, y en particular, su colección de recursos documentales conocidos, la World Wide Web, no fueron diseñadas para sostener la publicación organizada ni la recuperación de información como lo fueron las bibliotecas. Ha ido evolucionando como un caótico repositorio de la 'publicación electrónica' mundial, pero no es una biblioteca digital. Este almacén de información no contiene solo libros y revistas, sino menús de restaurante, datos crudos, minutas de reuniones, publicidad, transcripciones de conversaciones, etc..." 

Según ese autor, la concepción de una biblioteca digital no encaja a la noción de Web tal como nos la define. Esta misma idea nos la ofrece Gorman (1998) cuando hace la siguiente comparación: "Tome un libro, quítele las cubiertas, quítele las páginas de portada, quite la tabla de contenidos, quiete el índice, corte la encuadernación separando todas las hojas y distribúyalas aleatoriamente en una habitación. Ahora trate de hallar ahí la información que necesita... eso es la Internet."

Asimismo, ahonda mucho más en la noción de documento electrónico y su volatilidad en la red. Allí tales documentos carecen de una adecuada organización, con bibliotecarios que padecen la carga constante de información, la cual llega sin control y que se les va de las manos. Gorman grafica esta situación de la siguiente manera:
"Hay un universo alternativo en el que existen libros pero no documentos electrónicos. En este universo los bibliotecarios no tienen ningún control sobre los libros que compran, no tienen criterios para la selección, ni para los planes de adquisición del material ni para el desarrollo de la colección. En cambio, las veinticuatro horas del día varios camiones van y vienen a la biblioteca y depositan montones de libros no deseados ni solicitados, la mayoría de autores desconocidos, editoriales de revistas del corazón y autoeditores que trabajan en sótanos. Cierto, algunos de estos libros podrían ser de interés, pero ¿cuáles los pueden encontrar los bibliotecarios y los usuarios de la biblioteca y qué hacer  con el resto?  
En este universo diferente, la bibliotecología se convierte en un proceso mucho más aleatorio y desorganizado que cualquier otro. La biblioteca envía cuadrillas de personal entrenado para rebuscar entre los montones intentando encontrar documentos que valga la pena catalogar y archivar. Pero ¡espere! ¡Es un universo alternativo y, tras haber seleccionado cien libros de los montones y haberlos catalogado y organizado, los bibliotecarios regresan al día siguiente y descubren que veinticinco de ellos han desaparecido y veinticinco tienen otro título! Mientras tanto, los montones que están fuera de la biblioteca se multiplican y cambian de forma; por cada cien libros que el equipo de la biblioteca rescata, los camiones de reparto han añadido doscientos [...]
Hay demasiados documentos, algunos desaparecen después de ser registrados, otros cambian sus características, otros son falsos en cuanto que no son lo que dicen ser, algunos no pueden encontrarse y no hay un filtro del material efímero y del falso, como lo hace de alguna manera la industria de la edición y venta de libros."
Con todo, las bibliotecas digitales deben poseer, en general, las siguientes características: 
  • Proveen acceso rápido y eficiente a través de una buena interfaz. 
  • Pertenecen a una organización estructurada y lógica. 
  • Apoyan fuertemente la enseñanza y no solo el acceso documental. 
  • Sirven a una comunidad o grupo bien definido. 
  • Unen lo mejor de los recursos tecnológicos y humanos profesionales. 
  • Proveen acceso gratuito o barato, aunque sea una comunidad específica. 
  • Poseen y adquieren una buena cantidad de recursos documentales.
  • Trabajan en forma federada o colaborativa con otras bibliotecas. 
  • Invierten en el desarrollo de las colecciones
  • (Opcionalmente) Combinan los servicios a través de colecciones digitales y en soporte digital.
  • Sus colecciones están bien definidas en cuento a políticas de selección, son vastas y perduran a lo largo del tiempo.
  • Están bien organizadas documentalmente y bien administradas.
  • Contienen variados formatos multimedia
  • Contienen una vasta colección de documentos digitales de origen
  • Se complementan con las colecciones de otras bibliotecas digitales.

Referencias

Gladney, Henry M., y otros. Digital Library: Gross Structure and Requirements, en: Proceedings of the First Annual Conference on the theory and practice of Digital Libraries. 1994.

Gorman, Michael. "What is the Internet", en: The One Person Library. Volumen 15, número 6 (6/98) p. 5. 1998.

Lynch, Clifford. 1997. "Seraching the Internet". en : Scientific American. March 1997.




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