sábado, 20 de octubre de 2012

Código de Ética Profesional

El Colegio de Bibliotecólogos del Perú (CBP) elaboró un código de ética de tal modo que los profesionales de la información matengamos un compromiso de llevar a cabo nuestra labor según una serie de normas que permitan orientar nuestra conducta y lograr un desempeño integral en armonía con la sociedad en que vivimos.

Este Código se divide en seis secciones, las cuales componen un total de 28 artículos que exponen de manera clara y directa esta necesidad de mantener un espíritu que dignifique la carrera profesional e inspire un compromiso con los ideales de una sociedad justa.

En primera instancia la Sección Primera (Art. 1 al 4)  especifica el objetivo que persigue el Código y la declaración de los principios rectores bajo la consideración de un Tribunal Nacional de Ética instituido por el CBP en caso se ignoren estos principios.
 
La Sección Segunda (Art. 5 y 6) se centra en las normas sobre el Colegio en cumplimiento con sus estatutos dejando de lado afanes de interés personal ajenos al interés de la profesión o el CBP.
Asimismo, la Sección Tercera (Art. 7 al 14) se enfoca en las normas sobre la profesión, donde se propugna el cumplimiento de los Art. 5, 8 y 13 (véase Referencias) del Estatuto del CBP recalcando la importancia del ejercicio personal de la profesión, así como fomentar un cumplimiento a los contratos y al trabajo en equipo tomando en cuenta un espíritu colaborativo.
 
La Sección Cuarta (Art. 15 al 19) que trata de las normas sobre la Institución, es decir, el centro donde uno labora y que exige un respeto a sus activos y bienes. De la misma manera, en la Sección Cinco (Art. 20 y 21) se establecen las normas sobre los usuarios, en la que se propugna el servicio al usuario como un ideal a llevar a cabo manteniendo los principios de igualdad.
 
Finalmente en la Sección Sexta (Art. 22 al 28), se dan disposiciones sobre los derechos y sanciones a los que estamos sujetos los profesionales de la información. Se declara la libertad de acción y el derecho a su reconocimiento profesional, así como las amonestaciones que podría tener en caso no se cumpliesen los preceptos que allí se exponen, pudiéndose incluso tener el riesgo de ser expulsado.
 
Referencias

Según el Nuevo Estatuto del Colegio de Bibliotecólogos del Perú aprobado en Asamblea Nacional Extraordinaria del 22 de agosto del 2000:

Art. 5.         Son fines y objetivos del Colegio de Bibliotecólogos del Perú:

a.        Defender la función profesional de Bibliotecólogos peruanos, propiciando el desarrollo científico y tecnológico de los miembros de la Orden, a través de la docencia, la investiga­ción y el ejercicio deontológico de sus funciones.

b.        Promover la superación cultural  y especializada de sus miembros y su bienestar general.

c.        Propender a que los Bibliotecólogos en el país desempeñen la función que les corresponda para facilitar a la colectividad, el ejercicio de su dere­cho a la educación, la información y el acceso a la cultura en general.

d.        Promover la creación y el incremento de una conciencia nacional sobre el rol de las Bibliotecas, la documentación y la información como elemen­tos fundamentales para el desarrollo de la persona, la comunidad y por ende del país

e.        Organizar y auspiciar certámenes nacionales e internacionales en beneficio de la profesión y el mejor cumplimiento de los objetivos del Colegio.

f.         Ejercer la representación y la defensa de sus miembros de acuerdo con las leyes y el presente Estatuto.
 
g.       Colaborar con el Estado, los Gobiernos Regionales y Locales y con otras instituciones en la formulación de planes orientados a elevar el nivel cultural de la

Art. 8.       Los miembros del Colegio son Ordinarios, Transitorios, Honorarios, Eméritos y Correspondimientos.

Art. 13.    Son miembros Correspondientes, los Bibliotecólogos peruanos o extranjeros, residen­tes fuera del territorio nacional, que el Consejo Directivo Nacional designe específicamente para fomentar las relaciones internacionales del Co­legio Y de sus miembros con otros profesionales.

martes, 18 de septiembre de 2012

Ética en el mundo de la información

¿Cómo compatibilizar las éticas en internet?

Nicolás Etcheverry Estrázulas nos recomienda para resolver esta pregunta seguir un razonamiento argumentativo y no tanto llegar a una postura ecléctica, puesto que en la medida que se generen razonamientos adecuados se podrá dar un acercamiento al entendimiento que buscamos.

En la medida en que todos los seres humanos anhelamos vivir en armonía tomando en cuenta nuestras diferencias inherentes, Etcheverry plantea la noción de la existencia de una sola ética, puesto que solo así será posible establecer los criterios comunes bajo los cuales los hombres deberían conducirse en su vida diaria. Somos seres éticos en la medida que poseemos sentidos, razón, sentimientos y voluntad, y de ese modo ejercemos nuestra voluntad de elegir entre otras opciones con libertad así como responsabilidad.

La noción de empresa que entiende Michael Novak como el libre emprendimiento (o iniciativa) personal está relacionada a la creatividad que permite la puesta en marcha algún proyecto. De este modo, una iniciativa económica personal es un derecho humano primordial, que a su vez puede ser considerada como una virtud moral e intelectual. De allí que si no se fomenta el ejercicio de tal virtud se condena al hombre al estancamiento y a un espíritu alienado. Y esto es posible apostando por la promoción de valores como la honestidad, forjando un entorno de respeto y credibilidad.

En este contexto, es necesario establecer aquello que podemos concebir como bueno o malo, que permitirán al ser humano conducirse como ciudadano. La ética permite evitar el relativismo de tales términos,  pues de otro modo, lo que es malo podría ser considerado como bueno por algunos y así el caos asomaría no solo la vida de unos sino su relación con los que lo rodearan.

En la búsqueda de una regla de objetividad que permita resolver el dilema de la relatividad de los valores o antivalores que nos envuelven, la universalidad de una conducta permitirá medir si esta es buena o mala, como lo planteara Kant a fines del siglo XVIII: aquello que hacemos a otros y no nos gustaría que nos lo hagan no puede ser considerado como una regla universal. Si aceptamos que actúen con nosotros de la misma manera que actuamos con los demás entonces podríamos comenzar a establecer puntos en común concernientes a la ética humana.

No nacemos sabiendo, y por ello nos educamos en ciertas conductas que formarán nuestros hábitos. Es por ello importante entender que una vida de hábitos positivos repercutirá en la manera en que actuemos en el futuro. Es por ello que se debe evitar la costumbre de hábitos considerados negativos en la medida que consideremos que su práctica atente contra el bien común. Esto permitirá el desarrollo de una condición espiritual llena de valores como la justicia, la prudencia, la fortaleza o la humildad. Estará en nosotros la decisión de mantenernos firmes en tales preceptos como seres libres que somos. Buscar nuestro yo interior y procurar una limpieza de nuestro espíritu, no vivir por vivir, sino darle un sentido a nuestra vida. Solo así lograremos acercarnos a nuestra condición humana: ser más humanos implica darle valor a la propia vida, un sentido, como bien lo sostiene Enrique Rojas. 

En consecuencia, nuestra realización personal va orientada a la búsqueda de la felicidad, pero esta se irá construyendo con nuestro propio esfuerzo y no a costa del hombro ajeno, pues la injusticia o falsedad son contrarias a la verdad y al principio de humanidad.

Queda claro que Etcheverry opta por una ética proyectiva y esencial antes que por una coyuntural y utilitaria, en la medida que rechaza lo efímero y anhela la construcción de su propio ser basada en el respeto mutuo.

¿Qué nos dice la Declaración de Itacuruçá?

Esta declaración contuvo recomendaciones para América Latina y el Caribe en respuesta al III Congreso Internacional de la UNESCO sobre los Desafíos Éticos, Jurídicos y Sociales del Ciberespacio. Esta se llevó a cabo durante los días 26 y 27 de octubre del 2000 en el estado de Río de Janeiro.

Destacaron temas como el derecho al acceso universal a la información, así como la integración de los miembros que conforman la sociedad latinoamericana de forma equitativa y sustentable. Ello significa que se deberá desarrollar mecanismos que disminuyan las diferencias sociales producto de la transformación generadas por las tecnologías de la información y la comunicación (TICs).



jueves, 30 de agosto de 2012

El mundo de las bibliotecas digitales (1)

El término "biblioteca digital" puede tener distintos significados para distintas personas. Muchas veces, se considera a la biblioteca como un edificio silencioso donde se conservan libros. Para los bibliotecarios, es más que eso, pues es una institución que hace posible la preservación, colección y organización del material de que dispone, así como el acceso al mismo (el material bibliotecario no solo lo conforman los libros sino que el término abarca una serie de objetos de distinta clase, como obras de arte, grabaciones de audio, filmes, y mucho más). Asimismo, los investigadores valoran a la biblioteca porque ven en ella a una red que les permite acceder al conocimiento del mundo. Lamentablemente, entre los estudiantes universitarios de ciencias y tecnología se va incrementando la idea de considerar a la biblioteca como si fuera un remedo de la Web, a la que consideran equivocadamente como la biblioteca máxima.

No se trata de una "biblioteca digitalizada", que nos lleve a pensar que los días de los libros de formato físico culminen cuando se lleve a cabo su digitalización masiva. No es un simple proceso de digitalización el que concierne únicamente a la biblioteca digital, sino una nueva manera de abordar el conocimiento (preservándolo, recopilándolo, organizándolo, difundiéndolo, y permitiendo su acceso). En resumen, la idea de una biblioteca digital es lejana a la desintegración de las instituciones existentes y a la idea de colocar todo en una caja electrónica.

Entonces, ¿cuál sería una buena definición de biblioteca digital? Pues, en palabras de Witten (2010) una biblioteca digital se define como "una determinada colección de objetos digitales, que incluyen texto, video y audio, así como métodos de acceso y búsqueda, y de selección, organización y mantenimiento de la colección."
De acuerdo con esta definición, también el usuario como el bibliotecario tienen funciones compartidas en el proceso de información, en lo que refiere al acceso y la búsqueda, para el primero; y la selección, organización y mantenimiento, para el segundo. Asimismo, es posible ampliar la noción de objeto digital para incluir objetos 3D, simulaciones, realidad virtual y mucho más.








WITTEN, Ian H., David BAINBRIDGE y David M. NICHOLS
 2010   How to build a digital library. Segunda edición. Amsterdam: Elsevier, Morgan Kaufmann.

Bibliotecas digitales

Las bibliotecas, a lo largo de su desarrollo, han implementado nuevas estrategias para la maximización de sus recursos bajo la premisa de brindar un buen servicio a quienes recurren a ellas buscando información. Pero este desarrollo trae consigo una reformulación de las nociones en torno a lo que llamaremos "biblioteca digital". Surge así la necesidad de definir el término. 

Gladney (1994) afirma que una biblioteca digital es "un ensamble de cómputo digital, mecanismos de comunicación y programación necesarios para reproducir, emular y extender los servicios provistos por bibliotecas convencionales, como son la catalogación, búsqueda y diseminación de la información". 

Tomando en cuenta la idea anterior, ¿cabría la posibilidad de considerar a la Web como una gran biblioteca digital? Nos dice Lynch (1997): "A veces escuchamos decir que la Internet es la biblioteca mundial de la era digital. Esta afirmación no se sostiene más allá de una afirmación casual. La Internet, y en particular, su colección de recursos documentales conocidos, la World Wide Web, no fueron diseñadas para sostener la publicación organizada ni la recuperación de información como lo fueron las bibliotecas. Ha ido evolucionando como un caótico repositorio de la 'publicación electrónica' mundial, pero no es una biblioteca digital. Este almacén de información no contiene solo libros y revistas, sino menús de restaurante, datos crudos, minutas de reuniones, publicidad, transcripciones de conversaciones, etc..." 

Según ese autor, la concepción de una biblioteca digital no encaja a la noción de Web tal como nos la define. Esta misma idea nos la ofrece Gorman (1998) cuando hace la siguiente comparación: "Tome un libro, quítele las cubiertas, quítele las páginas de portada, quite la tabla de contenidos, quiete el índice, corte la encuadernación separando todas las hojas y distribúyalas aleatoriamente en una habitación. Ahora trate de hallar ahí la información que necesita... eso es la Internet."

Asimismo, ahonda mucho más en la noción de documento electrónico y su volatilidad en la red. Allí tales documentos carecen de una adecuada organización, con bibliotecarios que padecen la carga constante de información, la cual llega sin control y que se les va de las manos. Gorman grafica esta situación de la siguiente manera:
"Hay un universo alternativo en el que existen libros pero no documentos electrónicos. En este universo los bibliotecarios no tienen ningún control sobre los libros que compran, no tienen criterios para la selección, ni para los planes de adquisición del material ni para el desarrollo de la colección. En cambio, las veinticuatro horas del día varios camiones van y vienen a la biblioteca y depositan montones de libros no deseados ni solicitados, la mayoría de autores desconocidos, editoriales de revistas del corazón y autoeditores que trabajan en sótanos. Cierto, algunos de estos libros podrían ser de interés, pero ¿cuáles los pueden encontrar los bibliotecarios y los usuarios de la biblioteca y qué hacer  con el resto?  
En este universo diferente, la bibliotecología se convierte en un proceso mucho más aleatorio y desorganizado que cualquier otro. La biblioteca envía cuadrillas de personal entrenado para rebuscar entre los montones intentando encontrar documentos que valga la pena catalogar y archivar. Pero ¡espere! ¡Es un universo alternativo y, tras haber seleccionado cien libros de los montones y haberlos catalogado y organizado, los bibliotecarios regresan al día siguiente y descubren que veinticinco de ellos han desaparecido y veinticinco tienen otro título! Mientras tanto, los montones que están fuera de la biblioteca se multiplican y cambian de forma; por cada cien libros que el equipo de la biblioteca rescata, los camiones de reparto han añadido doscientos [...]
Hay demasiados documentos, algunos desaparecen después de ser registrados, otros cambian sus características, otros son falsos en cuanto que no son lo que dicen ser, algunos no pueden encontrarse y no hay un filtro del material efímero y del falso, como lo hace de alguna manera la industria de la edición y venta de libros."
Con todo, las bibliotecas digitales deben poseer, en general, las siguientes características: 
  • Proveen acceso rápido y eficiente a través de una buena interfaz. 
  • Pertenecen a una organización estructurada y lógica. 
  • Apoyan fuertemente la enseñanza y no solo el acceso documental. 
  • Sirven a una comunidad o grupo bien definido. 
  • Unen lo mejor de los recursos tecnológicos y humanos profesionales. 
  • Proveen acceso gratuito o barato, aunque sea una comunidad específica. 
  • Poseen y adquieren una buena cantidad de recursos documentales.
  • Trabajan en forma federada o colaborativa con otras bibliotecas. 
  • Invierten en el desarrollo de las colecciones
  • (Opcionalmente) Combinan los servicios a través de colecciones digitales y en soporte digital.
  • Sus colecciones están bien definidas en cuento a políticas de selección, son vastas y perduran a lo largo del tiempo.
  • Están bien organizadas documentalmente y bien administradas.
  • Contienen variados formatos multimedia
  • Contienen una vasta colección de documentos digitales de origen
  • Se complementan con las colecciones de otras bibliotecas digitales.

Referencias

Gladney, Henry M., y otros. Digital Library: Gross Structure and Requirements, en: Proceedings of the First Annual Conference on the theory and practice of Digital Libraries. 1994.

Gorman, Michael. "What is the Internet", en: The One Person Library. Volumen 15, número 6 (6/98) p. 5. 1998.

Lynch, Clifford. 1997. "Seraching the Internet". en : Scientific American. March 1997.